¿Y tu donde estabas hace 20 años el 19 de sep. de 1985?

[romino]

Contaba con 14 años.
Todos los días mi mamá nos llevaba a la Escuela.
Ibamos en el coche mi mamá manejando, yo en el asiento del copiloto y mi hermano y un vecino y su hermano en el asiento de atrás.
Yo estudiaba en la Secundaria No. 72 Diego Rivera y mi hermano y vecinos en el Instituto Simón Bolívar cruzando la calle.
Nos dirigiamos a la calle de Cerrada de Popocatepetl, muy cerca de plaza Universidad.
Justo cuando estabamos cruzando Eje 8 (popocatepetl) sobre Carrillo Puerto nos toco el semáforo. En la calle solo había un grupo de 5 señores platicando. Entonces empezó....
El coche se movía de una manera impresionante, era un Renault. Parecía que había una turba de gente meciéndolo. Mi mamá penso que yo estaba haciendo que se moviera el coche y me pidió que dejara de hacerlo. Yo le comenté que yo no era y fué cuando nos dimos cuenta que estaba temblando.
Afortunadamente no vimos ningun edificio derrumbarse, en esa zona no pasó nada. Los señores que estaban parados en la calle solo se recargaron en la pared muy asustados y no decían nada. Derrepente se escucho un sonido muy fuerte, como si algo muy grande se hubiera caído, por mas que miramos por todos lados no supimos que fué.
Por fin terminó el temblor y proseguimos nuestro camino hacia la escuela.
Jamás pensamos que ese temblor hubiera generado una tragedia tan grande, así que nos dejó mi mamá en la escuela y se retiró. Empezé a platicar con mis amigos y todos daban sus historias de donde habían estado cuando sucedió el temblor, pero como todos viviamos cerca del sur nadie había visto nada.
Se llevó a cabo la formación y nos dirigimos a nuestros salones.
Se nos hizo raro que la maestra no llegaba al salón y un amigo sacó un walkman con bocinas y puso el radio. Empezamos a escuchar en las noticias todo el desastre que había sucedido y nadie podía creerlo, sentíamos como que estaban hablando de otro país u otra ciudad.
Después de un rato nos avisaron que no iba a haber clases por ese día y que iban a llamar a nuestros papás para que nos recogieran.
Afortunadamente mi mamá se dió cuenta de la tragedia a medio camino hacia mi casa y se regresó a la escuela. Fuí de los primeros en retirarme a mi casa.
En la casa mi papá y mi abuelo estaban bien espantados, decían que la banqueta se había movido como si fuera de plastilina, como si estuviera haciendo olas. No paso nada en la cuadra pero a 10 cuadras se cayó un edifcio de departamentos, a espaldas del metro Villa de Cortés. Yo quería ir a buscar en los escombros gente pero no me dió permiso mi papá, me dijo que de todos modos por no ser mayor de edad no me iban a aceptar.

Ese día y hasta el domingo no tuvimos luz, así que nos ibamos a casa de un primo que vivía en la Vicente Guerrero a ver las noticias.

El verdadero susto vino el segundo día del temblor.
Mi abuelo había decidido irse a trabajar el día 20. El tenía 75 años y trabajaba hasta la colonia Anzures. Debía regresar a la casa como a las 6:00pm, pero no llegaba y no teniamos medios de comunicarnos con el.
Así que cuando empezó el segundo temblor todos salimos corriendo a la puerta de la calle y oiamos los gritos de la gente histerizada por lo sucedido el día anterior.
En ese momento pense que a mi abuelo le podía haber pasado cualquier cosa.
Después de que terminara el temblor nos quedamos en la calle esperando mas de una hora a ver si llegaba mi abuelo. Por fin, cerca de las 10:00 de la noche vimos una siuleta a lo lejos que pensabamos que era mi abuelo y en efecto era el. Corri a su encuentro y lo abrace fuertemente, con un nudo en la garante le pregunte por que se había tardado tanto.
Resulta que ya de regreso no había trasporte público en gran parte de la ciudad por lo que tuvo que regresarse caminando desde la Colonia Anzures hasta nuestra casa. Nos platicaba que estaba impresionado por que durante todo el camino habá encontrado muchos derrumbes y que en el temblor estaba cerca de una zona que había sufrido algunos derrumbes y que había sido horrible ver a la gente corriendo y gritando desesperada en la calle.

Todavía recuerdo el ambiente que se vivía en las calles, no había ruido, la gente estaba seria, triste. Recuerdo los camiones que levaban agua a las colonias que no tenian el servicio.

Espero jamás volver a sentir algo así de nuevo.

De las cosas que me impresionaron mas fue los que nos platicaba una amiga que estudiaba en el Cultural y que había escapado apenas el derrumbe de su escuela.

Otra historia muy gruesa era el de el papá de un amigo que había estado en su oficina y había quedado atrapado por casi una semana y que le toco ver como iban muriendo sus compañeros de poco a poco. Después de que lo rescataron ya no fué el mismo, despetaba a media noche gritando asustado.

Que Dios nos libre de volver a vivir algo así.