Los Logros de Fox.

[muadib2]

Hablando de "libertad de expresion" en el sexenio: :x

Scherer


Julio Scherer, el más célebre de los periodistas, se decidió a contar los pormenores de una persecución. La que se ha cebado sobre su hijo Julio y sobre él mismo por más de cuatro años y medio en el sexenio de Vicente y Marta Fox. Por eso y para eso escribe La Pareja.

Denunciante y crítico en el libro, todo lo muestra en descomposición: el gobierno, el liderazgo, lo político y lo personal dentro del Poder Ejecutivo. El libro muestra, entre otras cosas, la animadversión que siente don Julio por la llamada pareja presidencial. Asunto que, por cierto, no es de ahora. Él mismo recuerda, con ánimo de exhibirlo, las frases del aspirante presidencial, escritas en su autobiografía Fox a los Pinos. Se detiene especialmente en una para evocar su propia indignación: "¿Qué le ofrezco al país? Honestidad, trabajar un chingo y ser poco pendejo". Scherer, desde entonces, se rebelaba ante la entonces deslumbrante figura del futuro Presidente. No encontraba ni historia ni doctrina. Puro lenguaje coloquial. "Lentejuelas que brillan". Lo que don Julio ha escrito desde entonces y hasta ahora lo muestran implacable. Como el periodista que es. El que piensa que a "Fox le cambiaron la sangre o fue un vendaval que asoló su alma". El que piensa y escribe que a Fox lo derrotó su victoria clamorosa y que "ahí se quedó". Escribe lo que piensa porque está en su derecho.

El que termina ha sido un sexenio de batallas desiguales para don Julio. Curtido en los embates desde el poder, como aquel de Echeverría que lo despojó de Excélsior en 76 o los intentos infructuosos de Salinas para relevarlo en la dirección de Proceso o tantos otros de esta indomable biografía. El que hoy denuncia en su libro no se le parece a ningún otro. Es el embate certero que cimbra. El que se arma con precisión para envenenar la existencia. La persecución contra el hijo para dañar al padre. "Cuatro años seis meses de litigios, amenazas veladas o no tanto, recorridos sin fin por las procuradurías, querellas, réplicas, contrarréplicas, consultas con especialistas de las más variadas ramas del derecho, con el fin de responder una a una las acusaciones de la Secretaría de Hacienda, enderezadas a través de su procuraduría fiscal". En el libro se encuentra la descripción de las acusaciones en contra de Julio Scherer Ibarra quien fuera director general del Consorcio Azucarero Caze, propiedad del empresario Enrique Molina. Más allá de lo que pudiera surgir de una investigación seria y profesional de lo que ahí se relata, es clara la actuación por consigna de las autoridades. De lo que se trata es de envenenar. Hacer de la vida de los Scherer una pesadilla. Botones de muestra:



Don Julio reseña cómo la Procuraduría Fiscal complicaba el procedimiento. Una denuncia contra un ingenio la repetía 14 veces... y una a una había que responderles como si su materia fuera distinta. En otra parte escribe: "Scherer Ibarra podría contar que en un solo día (14 de julio de 2002) cayeron sobre él nueve denuncias simultáneas. Las denuncias eran iguales y los cargos pudieron haberse conformado en paquete, o al menos así lo sugeriría el sentido común. Pero no fue así. Las denuncias fueron turnadas en distintos ministerios públicos. Habría, pues, que litigar en nueve escenarios distintos, atenerse a nueve citatorios, repetir nueve veces los mismos argumentos, ofrecer pruebas idénticas una y otra vez". Lo anterior forma parte de la carta que Scherer García le envió en noviembre de 2003 al ombudsman nacional para denunciar los atropellos. Es este un texto en el que don Julio se une a la queja de su hijo ante la CNDH. La misiva dirigida a José Luis Soberanes revela, en una sola frase, el alcance de la embestida: "Mi vida no es sólo mía. Una parte, no sé cuál. No sé cuánta, pertenece a Julio Scherer Ibarra". Más adelante, en confidencia con el lector, dice: "La persecución a Julio me afecta en sus muy variadas consecuencias. No aludo a mi trabajo como periodista, aludo a mi vida en su conjunto". Es claro que han logrado el propósito principal. La piel y la entraña de Julio Scherer, el periodista más importante del país, han sido heridas. A lo largo de las páginas don Julio narra sus encuentros con miembros del gabinete para hablar sobre su hijo. Con el procurador, con Creel, con el Presidente. De este último surge un diálogo -impensable en otras condiciones- entre Scherer y Fox:



- "Borrón y cuenta nueva, señor presidente.

-Borrón y cuenta nueva- escuché, indiferente".

El tiempo siguió corriendo. Hoy la pluma de don Julio -que no es pluma sino bisturí- denuncia que la persecución continúa. Que no hubo ni borrón ni tampoco cuenta nueva.

Y que la consigna se ha cumplido: que pague el hijo lo que escribe el padre.



. . .



El próximo lunes y martes Julio Scherer será objeto de dos importantes homenajes. Reacio siempre a participar en actos públicos y aún más a recibir reconocimientos, recibirá un doctorado Honoris Causa en la Universidad de Guadalajara. El martes a las 18:00 horas en el marco de la Feria Internacional del Libro, participará en el Homenaje a su Obra Editorial. Estarán con él Poniatowska, Leñero, Granados Chapa y Monsiváis. No sé si ocurrirá pero, es posible y deseable que desde ahí se escuche un llamado: presidente Fox, es tiempo ya de detener la mezquindad.

Faltaria lo referente a la persecucion contra CNI Canal 40 y la Wormat.

Saludos