09-26-2016, 04:47 PM
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 09-26-2016, 04:48 PM por Salas.)
Sin menospreciar la situación actual, creo que no es comparable con la crisis del '95, que su servidor vivió y sobrevivió. Específicamente, el manejo de la deuda es distinto ahora que entonces. Me explico...
En 1995 los créditos hipotecarios y automotrices, por mencionar los más comunes, estaban dados en tasa variable pues, aunque la tasa fija existía, no se consideraba, pues vivíamos en una época de "bonanza" en que las tasas iban a la baja y, en el peor de los casos, la tasa de interés permanecía en el mismo nivel. Una vez que se disparó la crisis, las tasas subieron a más del 100%, con pagos imposibles de pagar debido a los intereses, y cuyo monto no pagado se sumaba al capital, lo que para el mes siguiente derivaba en un pago aún mayor. Su servidor pasó de tener una deuda hipotecaria de $110,000 en diciembre de 1994 a $360,000 para agosto de 1995. Miles de familias perdieron su patrimonio, con propiedades embargadas o abandonadas. Muchos bancos redujeron el límite de crédito de las tarjetas para los tarjeta habientes no se endeudaran más allá de su capacidad de pago, lo que en muchos casos fue lo que pasó. Aparte de todo esto, los despidos masivos estuvieron a la orden del día.
Ahora son las tasas fijas las que predominan en los créditos, y eso se debe a la crisis del '95, así que la continuidad en el monto de los pagos, al menos, está asegurada. Aunque por meses hemos estado lidiando con los estragos de la depreciación del peso, sin haberlos asimilado aún del todo, de seguir la tendencia derivará en una escalada de precios, pérdida del poder adquisitivo y pérdida de empleos, entre otras cosas.
Por lo anterior, no menosprecio la situación actual y, al contrario, estoy sumamente preocupado, pues no deja de papalotearme en la mente aquella ley de Murphy que dice "No hay nada tan malo que no pueda ponerse peor". Aunque veo distinta la situación actual a la de entonces, el mal manejo de la crisis puede llevarnos a una situación similar a la de 1995, o tal vez peor.
En 1995 los créditos hipotecarios y automotrices, por mencionar los más comunes, estaban dados en tasa variable pues, aunque la tasa fija existía, no se consideraba, pues vivíamos en una época de "bonanza" en que las tasas iban a la baja y, en el peor de los casos, la tasa de interés permanecía en el mismo nivel. Una vez que se disparó la crisis, las tasas subieron a más del 100%, con pagos imposibles de pagar debido a los intereses, y cuyo monto no pagado se sumaba al capital, lo que para el mes siguiente derivaba en un pago aún mayor. Su servidor pasó de tener una deuda hipotecaria de $110,000 en diciembre de 1994 a $360,000 para agosto de 1995. Miles de familias perdieron su patrimonio, con propiedades embargadas o abandonadas. Muchos bancos redujeron el límite de crédito de las tarjetas para los tarjeta habientes no se endeudaran más allá de su capacidad de pago, lo que en muchos casos fue lo que pasó. Aparte de todo esto, los despidos masivos estuvieron a la orden del día.
Ahora son las tasas fijas las que predominan en los créditos, y eso se debe a la crisis del '95, así que la continuidad en el monto de los pagos, al menos, está asegurada. Aunque por meses hemos estado lidiando con los estragos de la depreciación del peso, sin haberlos asimilado aún del todo, de seguir la tendencia derivará en una escalada de precios, pérdida del poder adquisitivo y pérdida de empleos, entre otras cosas.
Por lo anterior, no menosprecio la situación actual y, al contrario, estoy sumamente preocupado, pues no deja de papalotearme en la mente aquella ley de Murphy que dice "No hay nada tan malo que no pueda ponerse peor". Aunque veo distinta la situación actual a la de entonces, el mal manejo de la crisis puede llevarnos a una situación similar a la de 1995, o tal vez peor.
Dooby dooby doo
Strangers in the Night by Frank Sinatra
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