06-12-2004, 12:35 PM
* "Si quieren que Chivas sea campeón a como dé lugar, que nos lo digan”: Aarón Padilla
México, D.F., 11 de junio (apro).- Poco falta para que salga publicado en el Diario Oficial: Chivas será campeón por decreto del presidente... de los árbitros. Arturo Yamasaki debe de sentir una especial simpatía por Chivas, pese a ser peruano. Siempre entre sus íntimos ha reconocido ser Chiva de hueso colorado y en más de alguna ocasión se ofreció a las directivas anteriores para trabajar como "asesor arbitral" en el Guadalajara.
Tal parece que sus instrucciones a los árbitros son muy precisas: que se aplique con todo rigor el reglamento... a los contrarios de Chivas.
En esta liguilla el descaro ha sido total: contra Atlante la impunidad de Germán Arredondo lo llevó al grado de expulsar sin razón a Horacio Cervantes y a provocar a los jugadores atlantistas para justificar sus decisiones.
Contra el Toluca, el silbante Marco Antonio Rodríguez también estuvo generoso con las Chivas, pues cuando marcó un penal contra los rojos les expulsó a Edgar Dueñas alegando que cometió la falta siendo el último hombre, cuando iban dos marcando a Omar Bravo.
En cambio, al marcar una falta de Francisco "Maza" Rodríguez sobre Vicente Sánchez no lo expulsó, siendo también una acción franca de gol. Y la noche de este jueves, Manuel Glower Guerra, desvergonzadamente, le regaló a Chivas el empate faltando cinco minutos para terminar el juego.
Pumas ganaba 1-0 cuando Salvador Carmona se lanzó desde el trampolín de tres metros de la alberca del estadio Jalisco y fuera del área, a metro y medio, le dio el pretexto a Glower para ayudar al árbitro a resolver el problema de cómo ayudar a las Chivas.
Penalty que convirtió Ramón Morales, con lo cual Chivas sigue vivo en la final, cuando debieron regresar a Ciudad Universitaria con la losa de una derrota parcial de 0-1.
De Yamasaki cuentan sus biógrafos que en una ocasión un jugador se acercó para reclamarle al final del partido: "Dijiste que nos ibas a marcar un penal a favor y no lo hiciste". Y que él, socarronamente, contestó: "Nunca entraron al área. ¿Cómo les iba a regalar un penal si no entraron al área".
Arturo Elías Ayub, presidente del patronato de los Pumas, no tuvo empacho en asegurar al término del partido: "Cualquier árbitro se puede equivocar, lo sabemos, pero lo que me cuesta entender es que pase tres veces en la liguilla, primero contra Atlante, luego con Toluca y ahora con Pumas. ¿De qué se trata?".
Dijo que esas manchas en el uniforme de Chivas no le permitirían proclamarse campeón con todos los honores: "Si Pumas es campeón o no, lo será con honorabilidad. Es muy triste que tu equipo gane o pierda con un penalty que no debió ser marcado porque la falta ocurrió a metro y medio del área... Es tiempo de hablar fuerte. ¡Ya es mucho! 50 millones de personas verán la final (en CU) y se darán cuenta de todo lo que pueda suceder en ese partido. El penalty ya está marcado. ¡Qué horror!"
El presidente del equipo, Aarón Padilla, fue igual de enfático:
"Primero acribillaron al Atlante, luego a Toluca y en nuestro caso no fue la excepción. ¡Dios mío, qué cosas ocurren en el arbitraje! Es una pena, estoy muy molesto, muy indignado."
Como la falibilidad humana es un buen pretexto, Manuel Ernesto Glower Guerra se escuda en ella para afirmar: "Es desafortunado para mí, para mi persona y mi carrera, pero son decisiones que tenemos que tomar en un segundo... Es una jugada desafortunada, pero tengo que encararlo con la frente en alto."
Fácil, ¿no? Acepta el error, se escuda en su condición humana, lo llama simplemente "una equivocación" y mantiene vivas a las Chivas en la liguilla, como antes lo hicieron Germán Arredondo y
Marco Antonio Rodríguez, quienes también se pasaron de humanos.
Es también el pretexto ideal para el Chiva Yamasaki:
"Ustedes simplemente digan que se equivocaron y punto. Mientras que Jorge Vergara y sus muchachos paseen la copa."
Si Chivas gana será el primer campeón por decreto presidencial. Y no decreto de Fox, sino de Yamasaki.
proceso.com.mx
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México, D.F., 11 de junio (apro).- Poco falta para que salga publicado en el Diario Oficial: Chivas será campeón por decreto del presidente... de los árbitros. Arturo Yamasaki debe de sentir una especial simpatía por Chivas, pese a ser peruano. Siempre entre sus íntimos ha reconocido ser Chiva de hueso colorado y en más de alguna ocasión se ofreció a las directivas anteriores para trabajar como "asesor arbitral" en el Guadalajara.
Tal parece que sus instrucciones a los árbitros son muy precisas: que se aplique con todo rigor el reglamento... a los contrarios de Chivas.
En esta liguilla el descaro ha sido total: contra Atlante la impunidad de Germán Arredondo lo llevó al grado de expulsar sin razón a Horacio Cervantes y a provocar a los jugadores atlantistas para justificar sus decisiones.
Contra el Toluca, el silbante Marco Antonio Rodríguez también estuvo generoso con las Chivas, pues cuando marcó un penal contra los rojos les expulsó a Edgar Dueñas alegando que cometió la falta siendo el último hombre, cuando iban dos marcando a Omar Bravo.
En cambio, al marcar una falta de Francisco "Maza" Rodríguez sobre Vicente Sánchez no lo expulsó, siendo también una acción franca de gol. Y la noche de este jueves, Manuel Glower Guerra, desvergonzadamente, le regaló a Chivas el empate faltando cinco minutos para terminar el juego.
Pumas ganaba 1-0 cuando Salvador Carmona se lanzó desde el trampolín de tres metros de la alberca del estadio Jalisco y fuera del área, a metro y medio, le dio el pretexto a Glower para ayudar al árbitro a resolver el problema de cómo ayudar a las Chivas.
Penalty que convirtió Ramón Morales, con lo cual Chivas sigue vivo en la final, cuando debieron regresar a Ciudad Universitaria con la losa de una derrota parcial de 0-1.
De Yamasaki cuentan sus biógrafos que en una ocasión un jugador se acercó para reclamarle al final del partido: "Dijiste que nos ibas a marcar un penal a favor y no lo hiciste". Y que él, socarronamente, contestó: "Nunca entraron al área. ¿Cómo les iba a regalar un penal si no entraron al área".
Arturo Elías Ayub, presidente del patronato de los Pumas, no tuvo empacho en asegurar al término del partido: "Cualquier árbitro se puede equivocar, lo sabemos, pero lo que me cuesta entender es que pase tres veces en la liguilla, primero contra Atlante, luego con Toluca y ahora con Pumas. ¿De qué se trata?".
Dijo que esas manchas en el uniforme de Chivas no le permitirían proclamarse campeón con todos los honores: "Si Pumas es campeón o no, lo será con honorabilidad. Es muy triste que tu equipo gane o pierda con un penalty que no debió ser marcado porque la falta ocurrió a metro y medio del área... Es tiempo de hablar fuerte. ¡Ya es mucho! 50 millones de personas verán la final (en CU) y se darán cuenta de todo lo que pueda suceder en ese partido. El penalty ya está marcado. ¡Qué horror!"
El presidente del equipo, Aarón Padilla, fue igual de enfático:
"Primero acribillaron al Atlante, luego a Toluca y en nuestro caso no fue la excepción. ¡Dios mío, qué cosas ocurren en el arbitraje! Es una pena, estoy muy molesto, muy indignado."
Como la falibilidad humana es un buen pretexto, Manuel Ernesto Glower Guerra se escuda en ella para afirmar: "Es desafortunado para mí, para mi persona y mi carrera, pero son decisiones que tenemos que tomar en un segundo... Es una jugada desafortunada, pero tengo que encararlo con la frente en alto."
Fácil, ¿no? Acepta el error, se escuda en su condición humana, lo llama simplemente "una equivocación" y mantiene vivas a las Chivas en la liguilla, como antes lo hicieron Germán Arredondo y
Marco Antonio Rodríguez, quienes también se pasaron de humanos.
Es también el pretexto ideal para el Chiva Yamasaki:
"Ustedes simplemente digan que se equivocaron y punto. Mientras que Jorge Vergara y sus muchachos paseen la copa."
Si Chivas gana será el primer campeón por decreto presidencial. Y no decreto de Fox, sino de Yamasaki.
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