11-18-2004, 09:48 AM
México D.F. a 18 de noviembre de 2004
Estimado Señor Subconsciente:
Por medio de la presente me dirijo a usted, esperando que se encuentre gozando de buena salud, en compañía de mis más profundos traumas, miedos y oscuros deseos.
En días pasados tuve la oportunidad de dirigirme a usted para externar mi preocupación por cierto sueño en el que usted dejó ver su notable habilidad para sacarme un pedo del tamaño del Golfo de México durante un sueño que involucraba oscuridad, silencio y un vampiro hijo de puta que saltó de la nada.
Sin embargo, en esta ocasión me atrevo a distraerlo de sus múltiples ocupaciones con una motivación y una finalidad enteramente distintas. Hoy sólo quiero expresarle mi más sincero agradecimiento. No son muchas las ocasiones en las que uno tiene la oportunidad de hacer un reconocimiento público de las capacidades que su propio subconsciente posee para la elaboración de detalladas realidades que hacen que el sueño se convierta en una experiencia más que placentera.
He de confesar que no sé si incluir la siempre grata presencia de Fabiola Campomanes en aquel sueño de hace dos días fue idea suya o mía. Lo que sí no tuvo madre fue el poner a la dama a realizar aquel trabajo bucofaríngeo en mi ¡oh gran serpiente del placer!, actividad que durante breves momentos me hizo subir a la más alta cima de los prohibidos deleites. Las capacidades de deglución y seductora disposición de la dama en cuestión fueron indiscutibles y más que apreciadas por este, su seguro servidor. Lo que me sorprende es que haya usted echado mano de tan distinguida personalidad para este sueño reciente, ya que yo, de manera consciente por lo menos, tenía un buen rato sin enfocar mi erótica atención hacia ella. La última vez que recuerdo algo semejante fue cuando tuve a bien postear en estos foros unas fotos de la atractiva fémina, aparecidas en la revista Lord Jones, pero de eso ya tiene más de un año. Sin embargo, el hecho de que usted se haya puesto a hurgar en los recónditos archivos de mis puercas fantasías me ha parecido un detalle de lo más fino y amable y por ello mi agradecimiento es aún mayor.
Ya para terminar, me permito hacerle a usted algunas respetuosas sugerencias para los futuros despliegues de creatividad que usted tuviese a bien brindar a esta, mi siempre agradecida persona. Se me ocurre que incluir a Irán Castillo y a Claudita Lizaldi realizando la misma actividad que de manera intachable realizó Fabiola, sería algo maravilloso. Si fuera una por una, pues estaría muy bien, pero si fueran las dos juntas, yo se lo agradecería toda la vida. Hago esta petición teniendo en cuenta que, si usted ha sido capaz de incluir todo tipo de monstruos, vergonzosos desnudos míos en público, situaciones de angustiante persecución, caídas de abismos inimaginables y actividades eróticas con compañeras de la prepa o la universidad a las que únicamente pude acercarme como platónicas y sentimentales ilusiones, puede usted lograrlo todo. Yo, como su alter ego consciente, colaboraré de la manera más decidida con fotografías e imaginaciones conscientes para lograr que estas fantasías puedan llevarse a cabo cualquiera de estas noches, gracias a su invaluable ayuda.
Sin más por el momento, y reiterando mi agradecimiento, quedo a sus órdenes esta noche y las que me quedan. Tener un subconsciente así, o ser un subconsciente así, es una de esas dichas que deben valorarse y aquilatarse durante toda la vida.
Sinceramente,
Itanium .
(en su etapa consciente)
Estimado Señor Subconsciente:
Por medio de la presente me dirijo a usted, esperando que se encuentre gozando de buena salud, en compañía de mis más profundos traumas, miedos y oscuros deseos.
En días pasados tuve la oportunidad de dirigirme a usted para externar mi preocupación por cierto sueño en el que usted dejó ver su notable habilidad para sacarme un pedo del tamaño del Golfo de México durante un sueño que involucraba oscuridad, silencio y un vampiro hijo de puta que saltó de la nada.
Sin embargo, en esta ocasión me atrevo a distraerlo de sus múltiples ocupaciones con una motivación y una finalidad enteramente distintas. Hoy sólo quiero expresarle mi más sincero agradecimiento. No son muchas las ocasiones en las que uno tiene la oportunidad de hacer un reconocimiento público de las capacidades que su propio subconsciente posee para la elaboración de detalladas realidades que hacen que el sueño se convierta en una experiencia más que placentera.
He de confesar que no sé si incluir la siempre grata presencia de Fabiola Campomanes en aquel sueño de hace dos días fue idea suya o mía. Lo que sí no tuvo madre fue el poner a la dama a realizar aquel trabajo bucofaríngeo en mi ¡oh gran serpiente del placer!, actividad que durante breves momentos me hizo subir a la más alta cima de los prohibidos deleites. Las capacidades de deglución y seductora disposición de la dama en cuestión fueron indiscutibles y más que apreciadas por este, su seguro servidor. Lo que me sorprende es que haya usted echado mano de tan distinguida personalidad para este sueño reciente, ya que yo, de manera consciente por lo menos, tenía un buen rato sin enfocar mi erótica atención hacia ella. La última vez que recuerdo algo semejante fue cuando tuve a bien postear en estos foros unas fotos de la atractiva fémina, aparecidas en la revista Lord Jones, pero de eso ya tiene más de un año. Sin embargo, el hecho de que usted se haya puesto a hurgar en los recónditos archivos de mis puercas fantasías me ha parecido un detalle de lo más fino y amable y por ello mi agradecimiento es aún mayor.
Ya para terminar, me permito hacerle a usted algunas respetuosas sugerencias para los futuros despliegues de creatividad que usted tuviese a bien brindar a esta, mi siempre agradecida persona. Se me ocurre que incluir a Irán Castillo y a Claudita Lizaldi realizando la misma actividad que de manera intachable realizó Fabiola, sería algo maravilloso. Si fuera una por una, pues estaría muy bien, pero si fueran las dos juntas, yo se lo agradecería toda la vida. Hago esta petición teniendo en cuenta que, si usted ha sido capaz de incluir todo tipo de monstruos, vergonzosos desnudos míos en público, situaciones de angustiante persecución, caídas de abismos inimaginables y actividades eróticas con compañeras de la prepa o la universidad a las que únicamente pude acercarme como platónicas y sentimentales ilusiones, puede usted lograrlo todo. Yo, como su alter ego consciente, colaboraré de la manera más decidida con fotografías e imaginaciones conscientes para lograr que estas fantasías puedan llevarse a cabo cualquiera de estas noches, gracias a su invaluable ayuda.
Sin más por el momento, y reiterando mi agradecimiento, quedo a sus órdenes esta noche y las que me quedan. Tener un subconsciente así, o ser un subconsciente así, es una de esas dichas que deben valorarse y aquilatarse durante toda la vida.
Sinceramente,
Itanium .
(en su etapa consciente)
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