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Gano Ana Gabriela Guevara !FELICIDADES¡
#1
!GANO¡


Saludos Big Grin
Saludos Big Grin
Rodo
Naucalpan,Estado de Mexico
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#2
SIIII, ¡¡¡¡ganó!!!!, y le ganó a la Catty Freeman que llegó en 3er lugar, que emoción por esta chamaca que sigue dando satisfacciones a los mexicanos, es un orgullo Ana Gabriela Guevara Wink

Además rompió el record mundial, simplemente ¡¡¡IMPRESIONANTE!!!
Entrando al mundo HD

Mis DVD's
Act. el 14/diciembre/2009.
Mi HT Act. el 07/jun/2006.
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#3
Sii!!! se llevo de calle a todo el mundo...
y sin embargo para la Caty, creo que fue un buen lugar despues de no haber competido durante mucho tiempo....

Alguien se acuerda de Alejandro Cardenas????... Tongue Tongue Tongue Tongue
"OoohsiMamiYoMeAcuerdo" :multi:
aka Jerry. Desde Pejelandia para el mundo.
DVD's RequeteBienPincheChidotes!
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#4
Ana va llegar con fuerza para las Olimpiadas del 2004. No cabe duda.
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#5
Me da gusto que haya ganado, ¿fue en la ciudad de Mexico?
Felicitaciones a Baidu, unico miembro del foro que lee todos los temas
HD DigitalBits Disney Club
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#6
Así es Edmundo, fué en Ciudad Universitaria.
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#7
Pues si, que gusto tener una atleta tan dominante, todos los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de Ana Gabriela, el futbol con todos los años de existencia jamas nos ha dado una satisfaccion ni siquiera cercana a todo lo que ha hecho Ana. Esperemos que este nivel le dure para los campeonatos del mundo y sobre todo para Atenas 2004.
Saludos desde México D.F

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#8
[Imagen: deot0505_AGuevara_N.jpg]
Mandado a hacer
Mandado a hacer CIUDAD DE MÉXICO, México, mayo 5, 2003.- La jornada tuvo tan buenos resultados que bien se podría decir que el Grand Prix de atletismo les quedó “que ni mandado a hacer”, pero fiel al espíritu con el que se gestó este evento deportivo y con la actuación de nuestra heroína principal la verdad es que para ella sí fue mandado a hacer, es decir, hecho a su medida.
Aunque los organizadores no iban a realizar un evento para fracasar, la verdad es que lo se vivió este sábado 3 de mayo superó muchas expectativas. La venta de boletos fue más que satisfactoria, las gradas del coloso del Pedregal prácticamente se llenaron, las competencias deportivas resultaron emocionantes, el público demostró su conocimiento sobre atletismo y observó un comportamiento ejemplar y respetuoso, pero eso sí, Ana Gabriela Guevara fue desbordada por el entusiasmo del sector del pueblo que pudo pagar para ir a verla y la emocionada sonorense respondió con creces.

Para hacer más lucidora la ocasión, el clima fue perfecto y el a veces desdeñado e inoportuno Dios Tláloc sólo se dio su asomadita algunos minutos antes del inicio de las competencias y se fue para no volver.

Como siempre sucede, el majestuoso escenario del Estadio Olímpico México’68 resalta todavía más en belleza y concepto arquitectónico cuando es otro deporte y no sólo el futbol al que se le da cabida. El ambiente era distinto, el público con un perfil diferente porque ahora no había “barras” o “porras oficiales”; vimos llenarse las tribunas de familias dispuestas a disfrutar un espectáculo pocas veces visto en nuestro país y no únicamente las “bolas de cuates” que van a buscar diversión con cualquier pretexto –por no decir desmadre- y que buscan desfogarse a base de mentadas.

A lo que fuimos

El silencio impresionante y respetuoso que se guarda para las grandes ocasiones del atletismo, se hizo presente. La arrancada con Ana y la campeona olímpica Cathy Freeman en carriles contiguos era el momento culminante. Su estrategia, el seguir al pie de la letra las instrucciones de su equipo técnico y el impulso de una afición, entregada como nunca a una mujer deportista mexicana derivaron en el nuevo récord mundial de los 300 metros –distancia no olímpica ni de campeonatos mundial pero sí oficial- con un avasallador tiempo de 35.30 segundos.

Ana Gabriela terminó agradeciendo a la australiana no solo por su presencia sino por las condiciones que impuso: “Si hubiéramos corrido los 400 metros, ésta hubiera sido sólo una carrera más, pero al obligarme a correr los 300 acabé imponiendo récord mundial”.

La ocasión fue diseñada para apoyar a nuestra máxima estrella deportiva y no para mentadas, pero de todos modos, éstas no faltaron y fueron provocadas –tal vez, involuntariamente- durante la carrera de 100 metros de los “galanes” televisivos y cuando el ingenuo locutor que hizo de voz oficial del estadio dijo que Ana Guevara estaba hablando por teléfono con el presidente de México, lo que fue pretexto para la rechifla de los consabidos inconformes con el gobierno, cuando la comunicación en la realidad no se logró.

Aunque el evento era distinto, el público diferente y la ocasión especial, algunos cánceres son inextirpables como la reventa, alguna que otra desorganización como lo fue el permitir que el estacionamiento dedicado a los medios de comunicación se llenara de automóviles de los aficionados y la consabida corrupción de los encargados de estos mismos accesos, que no sólo le cobraron a algunos que fuimos a trabajar “porque tenían que cubrir la cuota completa” sino que siempre hacen su agosto cuando se confabulan con los “acomodadores extraoficiales” para permitir que los vehículos se estacionen sobre las mismas vías de acceso al son de veinticinco pesos por carro.

Lo que cuenta: el deporte

Dejemos de lado los detalles indeseables para establecer que el espectáculo estuvo sobre la pista de tartán del legendario escenario olímpico. Las generaciones de aficionados crecidas después de aquel histórico México’68 no habían gozado de un evento atlético de tan alto nivel y este Grand Prix –título extraoficial del certamen ante los ojos de la IAAF- fue una oportunidad excepcional para gozar de un ambiente al que no estamos acostumbrados.

Desde las primeras competencias que fueron a nivel juvenil para abrir boca, hubo ocasión para aplaudir y emocionarse. Los comentarios con ese tono pícaro y sabroso del público mexicano no podían faltar. Desde “Ganó la más gordita” hasta esa carrera en la que “El chaparrito le ganó el mandado al garrochón”, fueron preparando la escena para la presentación de los “grandes”.

De repente, hubo que voltear al reloj para darse cuenta que la primera gran ovación fue tempranera, a las 19:24 horas, cuando Ana Gabriela saltó a la pista para saludar al público, soltar un poco los músculos y emprender una vuelta olímpica acompañada de un grupo de niños, que se maravillaron al igual de ella al ver que un estadio que iba llenándose poco a poco estaba preparado para vitorearle tras cualquier cosa que el “Orgullo de Nogales” hiciera. La escena fue bellamente aderezada con las notas de “Carros de fuego”, música cinematográfica que siempre nos remitirá a las grandes hazañas atléticas y que fue interpretada por una orquesta sinfónica integrada especialmente para la ocasión bajo la dirección de Julio Briceño.

El esfuerzo de los atletas tanto de pista como de campo fue premiado con gran conocimiento de causa por una afición que sorprendió tanto a los nacionales como a los extranjeros no sólo por su número sino por saber apreciar las competencias.

Así se vivió con dramatismo la competencia de los 1500 metros femeniles en los que con desesperación la gente vio cómo la mexicana Dulce María Rodríguez se confiaba en los últimos pasos y se dejaba rebasar por la campeona mundial, Nouria Merah-Benida, de Argelia. Sin embargo, esta leve desilusión se compensaría con el final de los 3000 varoniles, en los que el joven y todavía desconocido Teodoro Vega cerró espectacularmente para impedir el 1-2 de Kenia superando a Enos Ketter en la misma meta.

Antes de la gran sorpresa de la jornada, los kenianos dominaron los 1500 metros varoniles al acaparar el podio y la estadounidense Christie Gaines hizo lo propio en los 100 para damas, la competencia en la que pudimos haber visto a la campeona mundial, Marion Jones, ausente por embarazo.

Sin embargo, al que sí vimos en acción fue a su pareja y padre de su futuro hijo, el plusmarquista del hectómetro, Tim Montgomery, quien era uno de los principales atractivos y, después de Ana, la figura más publicitada de todo el evento. Se esperaba un duelazo contra su compatriota, el experimentado Jon Drummond, pero surgió la figura del “invitado incómodo”, el canadiense Nicholas Macrozonaris, quien con su uniforme rojo y desde el desdeñado carril 1 dominó la carrera de principio a fin para alzarse como el héroe inesperado del día.

El velocista de ascendencia griega se ganó al público y la prensa estuvo encantada de reseñar su triunfo y preguntarle cuantas veces quiso cómo se sentía de ganarle al poseedor del récord mundial. Por su parte, Montgomery aceptó con humildad esta derrota, mientras Drummond se paseó por toda la pista haciendo las delicias del público y de las lentes de los reporteros gráficos al exhibir de manera simpática su musculatura. Tal vez, lo que resultó algo incómodo fue que al canadiense no le dieron su trofeo de ganador cuando lo nombraron en la ceremonia de premiación y estaba sobre el podio. Algunos aficionados y periodistas –no sólo Enrique Burak durante la transmisión televisiva- dijeron en tono de broma que fue porque el trofeo ya tenía inscrito el nombre de Montgomery, a quien se consideraba seguro ganador.

Tal vez con la idea de algún productor de televisión cubano de atraer el interés del bello sexo y ganar algunas milésimas de punto de rating, se presentó la carrera de artistas invitados, todos ellos “galanes” de la pantalla chica, los cuales ni con toda su apostura, simpatía o “gancho” evitaron una tremenda rechifla que se extendió desde que fueron presentados y hasta que salieron de la pista; el público se sintió a disgusto de ver correr los 100 metros planos al máximo nivel y luego tener que mirar a estos personajes de poca presencia atlética a los que no se les respetó ni a la hora de tomar la salida. Tal vez, el espíritu del fallecido y polémico ex presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, descansó un poco al saber que no ha sido el único que se ha llevado un espectacular abucheo en este escenario.

La gran diferencia fue cuando se presentó a las glorias de otros deportes que también corrieron los 100 metros. Desde medallistas olímpicos, como Ernesto Canto, Carlos Mercenario y Víctor Estrada, hasta un ídolo de la lucha libre como lo es La Parca, fueron ovacionados. Igualmente, los campeones mundiales de boxeo como Marco Antonio Barrera y Ricardo “Finito” López y los ex futbolistas Ricardo Peláez y Alberto García Aspe recibieron el reconocimiento de los aficionados. El que maravilló fue el gran campeón del tae kwon do, Víctor Estrada, quien corrió sensacionalmente la distancia en unos 12 segundos para arrasar con sus rivales. Fue Barrera el que le siguió y entró en tercer lugar “El Beto” García Aspe.

Las pruebas de campo como el salto de longitud en ambas ramas y el salto de altura femenil, llegaron a convertir al Estadio México’68 en un auténtico “circo de tres pistas” en el cual uno ya no sabe a dónde voltear. En el salto largo para damas, la que se ganó la atención y los aplausos fue la mexicana Yuridia Bustamente, quien estuvo en primer lugar durante buena parte de la competencia y sólo al final fue superada por Jackie Edwards, de Bahamas.

Los mismos silencios respetuosos se dieron para los arranques de las pruebas como los 110 metros con vallas, en los que ganó dramáticamente el cinco veces campeón mundial estadounidense, Allen Johnson; en los 200 de ambas ramas y en los 400 varoniles, en los que llamaba la atención la presencia del dominicano Félix Sánchez, rey de los 400 con vallas, y del reaparecido mexicano Alejandro Cárdenas, alguna vez nuestra máxima estrella, quien se quedó muy lejos del podio y de sus mejores actuaciones.

Fue una jornada redonda, principalmente para Ana Gabriela y su público, esa afición que está en pleno romance con su máxima figura y que ya ansía verla triunfar en la siguiente cita olímpica aun y cuando sus más próximas oportunidades de lucir sean los Juegos Panamericanos de Santo Domingo y los Campeonatos Mundiales de París.


Saludos Big Grin
Saludos Big Grin
Rodo
Naucalpan,Estado de Mexico
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#9
Excelente victoria de Ana Guevara, ante su publico, se esperaba asi ya que Cathy Freeman apenas esta en proceso de preparacion en lo que ya es su regreso a las pistas, de cualquier manera se ve que el nivel de Ana es muy superior a las demas y que ademas ha mejorado su tecnica y rendimiento, ojala siga asi y nos de la alegria de una medalla de oro en los Juegos Olimpicos de 2004.

Y una observacion para Squal y Erubiel:

Olimpiada es el periodo de cuatro años que hay entre unos Juegos Olimpicos y otros, por lo que es incorrecto llamar a los juegos Olimpiadas y lo que consiguio Ana fue Una Marca Mundial ya que la prueba de 300 metros metros no esta homologada por el Comite Olimpico Internacional y por lo mismo no puede ser Record Mundial.
Saludos desde Cuautitlán Izcalli, la provincia mas cercana a DF Ichtlán Suidad del Humo Eterno.

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#10
Ohhh :o :o :o , gracias Homer, cada día se aprende algo Wink
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#11
jejejeje... pues si, confirmo lo dicho.. nadie se acuerda de lo que hizo alejandro cardenas... hasta penultimo lugar... en fin... aqui estamos hablando de un "heroÉ..."
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